Esta vez Nina Zadir nos muestra un camino para la crisis, un modo de andar y sortear obstáculos en la vida, una forma de crecimiento personal.
LO QUE NO HAY QUE HACER
Aunque
los pesimistas siempre han existido, en la época actual y debido a
las circunstancias del momento, son cada vez más las personas que
están hablando de problemas continuamente. Y no sólo de los que
cada uno tiene en el momento presente, si no que se les llena la boca
de decir que todo va a ir a peor y repetirlo una y otra vez.
La
creencia inconsciente de muchas de estas personas es que hablando de
todos esos problemas, nombrándolos una y otra vez, van a evitar que
surjan o que vayan a más, es decir, es como si de algún modo se
protegieran de los mismos al mencionarlos de forma continua. Nada más
lejos de la realidad.
En
ocasiones he tenido consultantes de Tarot que repetidas veces me han
preguntado si les iba a suceder algo malo, algo que no querían en su
vida, por ejemplo, si su pareja les iba a engañar o si iban a perder
su trabajo o a tener problemas con una persona en concreto.
Cuando
se dan estos casos, no necesito hacer ninguna tirada de Tarot para
saber qué va a suceder en un futuro. Como decimos irónicamente, y
haciendo gala del siempre conveniente sentido del humor, no es
videncia, es evidencia.
Lo
que les suele suceder a las personas que hacen este tipo de preguntas
es efectivamente, que antes o después, su pareja les engaña,
pierden su trabajo o tienen esos problemas de los que hablan con esa
persona específica. Y es más, cuando se empeñan en hablar una y
otra vez de situaciones negativas, estás les empiezan a aparecer por
todas partes, florecen como por arte de magia, y en muchas ocasiones
ellos mismos se quedan alucinados no entendiendo por qué les llegan
una serie de problemas que en principio y a su juicio, no tienen
razón de ser.
Si
aplicamos el concepto de ley de atracción con el que muchos de
nosotros nos familiarizamos a través del libro “El Secreto”, de
Rhonda Byrne, estas relaciones causa – efecto son muy fáciles de
entender. La ley de atracción dice “semejante atrae a semejante”,
es decir, si una persona está todo el día con pensamientos
negativos es absolutamente imposible que en su vida sucedan cosas
positivas. No cuadra, no son energías compatibles, si no mutuamente
excluyentes.
Y
ya atendiendo a los casos concretos que mencionábamos, si una
persona está todo el día pensando que su pareja la va a engañar,
el Universo, para “complacerla” y ofrecerle la realidad que
corresponde a sus pensamientos, efectivamente le traerá la situación
en la que su pareja le engañará. Además, la persona que está
enfocada en el engaño por parte de su pareja, desde luego no está
pendiente de mejorar y nutrir su relación, de renovarla, de hacer
que todo funcione, facilitando, por tanto, que todo lo negativo
invada su situación personal.
El
pensamiento y el diálogo negativo jamás pueden traernos nada bueno.
Hay personas que dicen que como la realidad es así, no pueden hablar
de otra cosa, pero eso no es cierto, ya que incluso cuando la
situación imperante es difícil, siempre hay gente a la que le va
bien y os aseguro que esas personas no tienen conversaciones
negativas en absoluto.
Si
malo era anteriormente ser negativo, os aviso que de ahora en
adelante, las perspectivas son mucho peores para las personas que
mantienen este tipo de comportamiento. Todos hemos oído hablar de
los cambios de 2012 , pero muy pocas personas saben en qué
consisten. El cambio principal que vamos a tener ( y que ya se está
notando) es que todo va a suceder mucho más rápido, lo bueno y lo
malo, de hecho, esto ya es observable desde hace tiempo e incluso
ocurren cosas que parecía que nunca iban a llegar. Es decir, la ley
de atracción va a funcionar a toda velocidad.
Para
entender la incidencia que esto puede tener en el mundo real podemos
asumir, a modo de ejemplo, que si antes una persona estaba hablando
de temas negativos continuamente y empezaban a pasarle cosas
negativas en cinco años, ahora puede que le pasen en cinco meses.
Esto también se cumple para lo bueno, para lo positivo. Y la buena
noticia es que la elección sobre nuestro pensamiento sólo depende
de nosotros mismos, nunca de los demás, ni siquiera de las
circunstancias políticas, sociales o económicas.
Asumir
la responsabilidad de lo que ocurre en nuestra vida, ser dueños de
nuestras propias decisiones y tener la capacidad de incorporar los
cambios necesarios para conseguir nuestros objetivos es un proceso
francamente liberador. Lo que ocurre es que nuestro ego siempre trata
de llevarnos hacia la zona más cómoda, que no es otra que la de
considerar que todo depende de los demás, del exterior, en resumen
de la “buen” o “mala” suerte.
Y
además, por mucho que nos pese y nos perjudique, es a lo que nos han
acostumbrado y nosotros nos hemos dejado acostumbrar en la mayoría
de los casos.
Yo
os aconsejo que os atreváis a asumir las riendas de vuestra vida y a
aprovechar momentos como los actuales, que no tenemos que ver como
“de crisis” en el sentido peyorativo y más negativo de esta
palabra, si no de “cambio”.
La
verdadera crisis a la que estamos asistiendo es una crisis de
valores, y el Universo está apoyando todo lo que está ocurriendo
porque es necesaria dicha crisis, hay ideas y aspectos sobrevalorados
(ej: excesiva consideración de los aspectos físicos y materiales),
que tienen que perder importancia para dejar paso a otros conceptos
de los que todos hablamos pero que muy pocos desarrollamos
(espiritualidad, mentalidad positiva y valor para acometer los
cambios). Estos valores son los que de verdad conducen a la FELICIDAD
en mayúsculas.
Casos
reales de personas que consultan con el Tarot y que con su actitud
atraen hacia sí situaciones positivas o negativas hay muchísimos.
Como
la ley de atracción siempre se cumple, y mi forma de trabajo me
lleva a apostar cada vez más por el crecimiento personal y
espiritual como complemento para sacar el máximo rendimiento al
Tarot, cada vez me llegan más personas que de verdad quieren crecer
y evolucionar y ya no me quedan más que tres que insisten en
quedarse estancadas donde están.
Una
de ellas, Lorena, tiene un gran conocimiento de las leyes
espirituales, da consejos a todo el mundo, pero la pena es que siendo
una extraordinaria mujer con gran capacidad, no los aplica para sí
misma.
Vive
en la angustia y en la ansiedad diaria y desde hace siete años que
la conozco, sus preocupaciones son siempre las mismas: si ella va a
ser capaz de levantarse e ir a trabajar al día siguiente, si a su
hijo le va a pasar algo, si a sus padres les va a pasar algo.
Pretende
ir viendo con las cartas casi día a día qué va a pasar, lo cual es
un error grave, ya que si queremos obtener la mayor ayuda del Tarot,
lo último que debemos hacer es consultarlo obsesivamente. Yo misma
la he dicho que me llame menos y que emplee su tiempo y energía en
crecer, avanzar y evolucionar.
Por
mucho que me duela, porque la verdad es que siento gran cariño por
Lorena, lo que siempre le he dicho a través del Tarot y en base a mi
propia intuición, es que no veía temas graves inmediatos, pero que
si ella seguía en esa actitud (que por supuesto transmite a toda su
familia), toda su vida se iría complicando poco a poco. Y por
desgracia, eso es exactamente lo que está sucediendo.
Ella
lo entiende, asiente en el momento que se lo explico, pero luego no
es capaz de empezar a enfocar su vida de otra forma. Mejor dicho, no
intenta ni por un solo momento comenzar a tener pensamientos
positivos y a determinar qué va a cambiar ella en su vida para
alcanzar su felicidad. Claramente prefiere lo “malo conocido” a
lo “bueno por conocer” y en este caso, siempre en mi opinión, se
está equivocando profundamente.
Como
consecuencia, siempre está muy delicada de salud, después de varios
años está a punto de perder su trabajo, y su hijo, por el que
siempre ha tenido una preocupación excesiva, es un auténtico
desastre. Abusa de ciertas adicciones, es violento sobre todo con
ella y no atiende a razones.
Obviamente
no podemos decir que ella sea la responsable absoluta de lo que le
ocurre a su hijo, que ya tiene 26 años, pero que sus continuas
preocupaciones y miedos de todos estos años han influido en él,
para mí está fuera de toda duda. Además, es lógico que un chico
que en su juventud se ha criado en un escenario invadido por la
angustia, la ansiedad y bajo el control desaforado de una madre
miedosísima, haya explotado en el sentido inverso, es decir, el del
descontrol, la soberbia y la rebeldía.
Pero
también existe la situación contraria. En este sentido puedo
hablaros de Mario, que contactó conmigo por primera vez hace ya más
de diez años, cuando apenas superaba los veinte. Era entonces una
persona con un gran complejo de inferioridad, sin amigos, desconfiaba
de todo el mundo que se le acercaba y su sufrimiento era patente.
Pero
la diferencia entre Mario y Lorena es que este sí se dejó aconsejar
y fue poniendo en práctica muchas de las acciones que tanto mi
equipo como yo le recomendábamos a través de sus tiradas de Tarot y
por la vía del crecimiento personal y espiritual.
Hizo
varias terapias para desbloquear su inconsciente, leyó libros de
auto ayuda positivos que le hicieron abrirse a otro enfoque de la
vida y poco a poco fue superando muchos de los traumas que había
venido arrastrando desde su infancia.
Aunque
todavía le quedan áreas que mejorar en su vida, ahora tiene su
círculo de amigos y está conociendo nuevas personas continuamente,
no se preocupa por los detalles sin importancia que antes le
amargaban profundamente y entiende y asume que nadie más que él es
el responsable de lo que los acontecimientos que atrae a su
existencia.
Esperar
que nuestra vida cambie sin hacer nosotros nada nuevo, que nos vengan
grandes acontecimientos positivos sin arriesgarnos, que podamos estar
bien física y mentalmente sin cultivarnos y sin creatividad,
haciendo siempre lo mismo, es una falacia sin sentido.
Desde
lo más profundo de mi ser y tomando como ejemplo mi propia vida y la
de las personas que tengo alrededor que están cambiando las suyas,
os aconsejo que os atreváis, que dejéis la comodidad, que tratéis
de no controlar el resultado de cada paso que dáis y que olvidéis
ese refrán que a mi juicio tanto daño nos ha hecho de “más vale
lo malo conocido que lo bueno por conocer”. Yo lo sustituiría por
“más vale ir hacia mi sueño independientemente del resultado
final, que quedarme en el “¿y qué hubiera pasado si...?””
Estamos
en 2012, el mejor momento para el cambio, para tú cambio. Los
cambios hacia la Nueva Era, los que nos van a sacar de las dramáticas
situaciones en las que estamos inmersos, no nos los va a proporcionar
ningún gobierno ni ningún movimiento social. Van a producirse uno a
uno, tenemos que cambiar individualmente, cada uno en el sentido que
nuestro propio espíritu nos requiera, caminando hacia nuestra
felicidad personal, para llegar a esa masa crítica que encenderá la
mecha del cambio global en la humanidad.
Sólo
se necesitan 8700 personas en todo el planeta, que actúen de esta
forma, para dar ese salto cuántico que en el fondo de nuestras
almas, todos anhelamos.
¿Te
atreves a ser uno de ellos?....
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