Origen Mitológico de las runas


El origen de las Runas como método adivinatorio o mancia se esconde en la noche de los tiempos y se enreda en el origen mismo del lenguaje escrito. Como el Tarot, conocido por los iniciados como "el camino de la vida", las runas nos presentan "El camino del guerrero". El tránsito del hombre por la vida y su lucha para conocer la Verdad. Los caminos que llevarán al triunfo su esencia.
"En la antigua creencia escandinava, las runas eran de origen divino (nórdico antiguo: reginkunnr). Esto se atestigua ya alrededor del s. VII d. C. en la inscripción de la piedra de Nobely, en Suecia (Runo fahi raginakundo toj[e'k]a..., que significa "Preparo la adecuada runa divina..."1 ) y en la piedra de Sparlösa del siglo IX (Ok rað runaR þaR rægi[n]kundu, que significa "e interpretar las runas de divino origen"1 ). Más notablemente, en Hávamál, verso 80, se describe también a las runas como reginkunnr:
80. Þat er þá reynt,
er þú að rúnum spyrr
inum reginkunnum,
þeim er gerðu ginnregin
ok fáði fimbulþulr,
þá hefir hann bazt, ef hann þegir.2
80. Está comprobado:
si runas consultas,
aquellas de origen divino,
las que altos poderes hicieron
y el tulr ("sacerdote" Odín) supremo tiñó,
mucho se gana callando.3
La Edda poética "Rúnatal" explica que su creador fue el dios Odín, y los versos 138 y 139 describen cómo Odín recibió las runas a través de su propio sacrificio. El texto (en nórdico antiguo y su traducción al español) es como sigue:
Veit ec at ec hecc vindga meiði a
netr allar nío,
geiri vndaþr oc gefinn Oðni,
sialfr sialfom mer,
a þeim meiþi, er mangi veit, hvers hann af rótom renn.  
Við hleifi mic seldo ne viþ hornigi,
nysta ec niþr,
nam ec vp rvnar,
opandi nam,
fell ec aptr þaðan.
Sé que colgué en un árbol mecido por el viento
nueve largas noches
herido con una lanza y entregado a Odín,
yo mismo ofrecido a mí mismo,
en aquel árbol del cual nadie conoce el origen de sus raíces.
No me dieron pan ni de beber del cuerno,
miré hacia lo hondo,
Tomé las runas
las tomé entre gritos,
luego me desplomé a la tierra.
Existen dos relatos sobre cómo las runas se dieron a conocer a los mortales. El Rígsþula cuenta como Ríg, identificado como Heimdall en la introducción, tuvo tres hijos de mujeres humanas: Thrall (esclavo), Churl (hombre libre) y Jarl (noble). Estos hijos se convirtieron en los ancestros de las tres clases de hombres que indican sus nombres. Cuando Jarl alcanzó la edad de comenzar a manejar armas y mostrar otros signos de nobleza, Rig volvió y, habiendo reconocido a Jarl como su hijo, le enseñó las runas. En 1555, el exiliado arzobispo sueco Olaus Magnus registró una tradición sobre un hombre llamado Kettil Runske que había robado tres bastones rúnicos de Odín y aprendido así las runas y su magia."


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