Una cucaracha a la que se le corte la cabeza puede sobrevivir unos nueve días, para finalmente morir por inanición. Además, es capaz de soportar grandes dosis de radiactividad: estos insectos sobrevivieron a las bombas nucleares que cayeron sobre Hiroshima y Nagasaki. Sin embargo, sucumben ante el calor excesivo ya que carecen de mecanismo regulador de temperatura.